Creatividad y Literatura es un proyecto encaminado a fomentar en los alumnos la escritura literaria desde la realidad de cada uno de ellos, desde “su mirada” y las emociones que despiertan en ellos todo lo que acontece en el mundo. Queremos que el alumno aprenda a conectar la escritura con su pensamiento literario, donde se reflejen las múltiples representaciones que puede adoptar la realidad más próxima.

TEXTOS PCPI

BLOQUE I: EL LENGUAJE DE LOS SENTIDOS.
LAS EMOCIONES. LA EDUCACIÓN DE LOS SENTIDOS

                                       LA MIRADA DEL ALUMNO

ACTIVIDAD 6:
 DECÁLOGO DE COSAS QUE ME HACEN SENTIR MAL

ACTIVIDAD DEL BLOQUE I : EL LENGUAJE DE LOS SENTIDOS.
LAS EMOCIONES
ACTIVIDAD 1. El Miedo
Estaba con mis amigos en una feria. Vimos una noria y subimos en ella, mi amiga entró con un vaso de tubo que contenía una bebida con hielo. Mi amigo le dijo a mi amiga: “Está prohibido subir bebidas” y mi amiga le respondió: “Da igual, no pasa nada yo la escondo”. La noria comenzó a funcionar, cada vez subía más alto hasta que, se oyó un ruido muy extraño, metálico y se paró. No sabíamos qué pasaba y, de repente, la noria empezó a ir muy rápido. Todos los que habían subido estaban gritando. Hasta que paró unos instantes y vimos que nosotros estábamos cerca del suelo, la bebida se había volcado. Podíamos salir pero los cinturones estaban atascados, no podíamos quitárnoslos, yo me escurrí al intentar escapar para poder salir. Y lo conseguí, pero mis amigos no pudieron salir y se conectó de nuevo con mis amigos dentro. Ahí me desperté.
Cristina Manzano Rivas

El Miedo
Un día, al levantarme de la cama fui a tirar la basura. Al llegar al contenedor encontré los ojos de un ser vivo. Al dar la vuelta, me encontré los brazos, al dar un paso más atrás encontré la cabeza. Al rato llegó un fantasma, me di la vuelta y empecé a correr. Cuando llegué a mi casa vi el resto del cuerpo. Pero, ¿de dónde sale este cuerpo?, me pregunté. El cuerpo venía del cementerio, y venía a recoger algo que le pertenecía: se trataba de la persona que le quitó la vida.
Nabou


El Miedo
Cuando me quede encerrado en un ascensor sentí pánico, pensé que podía caer y morir. Empezó a recorrerme un sudor frío. Experimenté cómo, poco a poco, me iba quedando sin aire y no podía hacer nada. El tiempo pasaba más lentamente de lo normal. De repente, escuché un ruido extraño… ¡Una de las cuerdas del ascensor se rompió! Y…
Jesús del fresno

EL MIEDO

Es la sensación en la que no sabes qué hacer ni cómo actuar, el malestar por lo que pueda pasar a cada segundo de ese momento de agobio , nerviosismo ,sudor frio y temblores ; el momento de darte la vuelta y no saber qué puede haber.  Tu corazón late y conforme más piensas en ello, más rápido bombea sangre. Sobrepasas tus limites, se te caen las lágrimas, sólo quieres salir corriendo y que todo acabe. Te levantas de un salto sin mirar detrás, sales, miras a tus seres queridos y los contemplas, ves que todo es normal como siempre. Entre el llanto silencioso, mientras recuerdas que, al despertar,  sentiste como que una mano se retiraba de tu hombro y desencadenaba tu mente a un montón de terror.
Cristo

EL MIEDO
Me desperté una mañana, hacía mucho frío en la calle. El viento abrió mi ventana, me levante para cerrarla y afuera había una mujer vestida de blanco con la ropa muy sucia y llena de sangre. Me dijo: “Sígueme” Yo iba detrás de ella como si nada, pero la gente que estaba a mi alrededor me miraba con la cara blanca y llorando sangre. Yo no sabía si seguir hacia delante, pero decidí seguirla. Mientras íbamos andando, una niña vestida también de blanco, le dio la mano a la mujer que me dijo que fuera detrás de ella. La niña miraba mucho para atrás y se reía con una risa muy sospechosa. Yo decidí volverme para casa pero la niña chica fue detrás de mí y me dijo: “¡Por favor ayúdanos! Solo tú lo puedes hacer”. Ahí me di cuenta de que las tenía que seguir. Seguimos hacia delante y un hombre iba corriendo detrás de ellas y ellas le cogían y le empujaban para que se fuera por donde había venido. Seguíamos andando y me llevaban para el cementerio. Hacía una noche muy fría, el viento movía los árboles de un lado para el otro y los pájaros hacían unos ruidos muy raros. Fuimos a una tumba muy grande que estaba abierta, las dos chicas se metieron allí y me dijeron que las volvería a ver la próxima semana, yo me quede esperando pero por ahora nunca se han vuelto a aparecer.
Ana Belén Tamayo.
TEXTO COLECTIVO
EL CARNICERO (elaboración del texto entre toda la clase)
Me levanté un sábado por la mañana, era un día  de esos  grises y lluviosos. Mi tía estaba en casa, había venido de vacaciones desde Barcelona y, la verdad, me parecía una persona muy misteriosa, nunca me cayó bien. La primera cosa que hizo al verme fue saludarme y me dijo: “¿Me podrías hacer un favor? Es que ayer conocí al carnicero del pueblo y me dijo que para el día de hoy traería la carne más fresca y rica de la ciudad, si no te importa ¿me podrías traer tres kilos de lomo?”
Me dio un poco de pereza, pero bueno acepté,  me dio el dinero, salí de casa y fui a la carnicería. Me pareció raro que a las once de la mañana no hubiera nadie allí, sólo estábamos el carnicero y yo. Le dije: “deme tres kilos de la carne más fresca y rica que tenga”, a lo que me contestó: “¿estás seguro?” Y yo le respondí: “si…” Me pareció un poco rara esa pregunta pero al responderle afirmativamente me dijo: “tendrás que pasar entonces conmigo a la parte de dentro que es donde tengo todo lo fresco” y me sonreía con una mueca muy sospechosa. L e respondí: “vale”
Pasamos dentro y me empezó a recorrer un sudor frio por la nuca y un escalofrió por todo el cuerpo al empezar a ver cuchillos, hachas afiladas, sangre por todos lados y el  olor a carne. Pero, sin duda, lo que casi me para el corazón del gran susto que me produjo, fue ver dos cadáveres humanos colgados de ganchos como si fueran animales. El corazón  se me aceleró y latía al compás de mi respiración agitada, a lo que el carnicero me dijo: “¿no querías carne fresca? Pues ahí la tienes, y tú serás el próximo” dijo levantando un cuchillo de grandes dimensiones y bastante afilado para clavármelo en el pecho. Y abrí los ojos y estaba en mi cama… había tenido una pesadilla… una horrible y sangrienta pesadilla.

1 comentario:

M. José dijo...

¡Enhorabuena!, vuestro trabajo merece la pena. ¡ANIMO!